De acuerdo a la Asociación Americana del Corazón, por más de un siglo las enfermedades cardiovasculares han sido la causa principal de muerte en los Estados Unidos (EU). A pesar de todos los avances médicos, las estadísticas continúan siendo poco alentadoras ya que cada 34 segundos una persona muere en los EU por alguna condición cardiovascular siendo la causa número uno de morbilidad y mortalidad. De esto se desprende la necesidad apremiante de nuevos métodos de diagnóstico, prevención y tratamiento. La evaluación multiseccional mediante imágenes tanto por tomografía computadorizada (CT) como por resonancia magnética (MRI) siempre ha constituido un reto debido al constante y complejo movimiento del corazón.
En 1982 se obtuvieron las primeras imágenes de MRI del corazón. Por los últimos 30 años la técnica ha evolucionado y hoy día se ha convertido en una herramienta indispensable y complementaria de diagnóstico y tratamiento en los centros hospitalarios y ambulatorios especializados de mayor renombre en todo el mundo que se dedican a tratar condiciones cardiovasculares. MRI no utiliza radiación y no requiere preparación previa, tomando 45 minutos en la mayoría de los casos. Provee una perspectiva multiplanar de la anatomía cardíaca (imagen 1) en todas las fases del ciclo de contracción del músculo del corazón (miocardio) caracterizando diversos patrones de patología en el miocardío (cardiomiopatías) tales como la displasia arritmogénica del ventrículo derecho (imagen 2). MRI provee información precisa y detallada de la anatomía del corazón, del movimiento del miocardio de los ventrículos, de la perfusión provista por arterias al miocardio y de su viabilidad. Viabilidad se refiere a determinar si el músculo está enfermo pero a tiempo de ser rescatado mediante intervención (angioplastía o colocar puente con otras arterias o venas de otra parte del cuerpo) a si está muerto o cicatrizado irreversiblemente (ninguna intervención sería beneficiosa). MRI obtiene imágenes regulares estáticas como en cualquier otra parte del cuerpo suplementadas con imágenes desplegadas en formato cinematográfico en movimiento. El contraste intravenoso gadolinio es imprescindible para un estudio completo del corazón mediante resonancia magnética. Ciertos tipos de infartos cardiacos afectan exclusivamente la capa más profunda llamado subendocardio contrario a los infartos más extensos que afectan un grosor más extenso de la pared del corazón. MRI detecta los infartos profundos mejor que cualquier otro estudio de imágenes, incluyendo los estudios de corazón de medicina nuclear (imagen 3). Esta modalidad además evalúa las válvulas del corazón. Imágenes 4 y 5 demuestran la válvula aórtica mientras está abierta y cerrada respectivamente. La imagen 6 demuestra una válvula aórtica incompetente que no cierra adecuadamente en el momento se supone cierre completamente permitiendo que sangre retorne al ventrículo izquierdo. La imagen 7 demuestra la válvula mitral abriendo normalmente. El estudio también evalúa el grosor del saco que reviste el corazón (pericardio) detectando la presencia de colecciones de líquido anormales y masas. La imagen 8 demuestra una masa que origina en el pericardio. Masas en otras partes del corazón también son detectables y caracterizadas por esta modalidad, la imagen 9 demostrando el tumor primario del corazón más común, el mixoma atrial.